El hormigón es uno de los materiales de construcción más versátiles y utilizados en todo el mundo. Su resistencia, durabilidad y capacidad de adaptación lo convierten en la base de multitud de proyectos, desde viviendas hasta grandes infraestructuras.

Sin embargo, no existe un único tipo de hormigón, sino que cada obra puede requerir una formulación específica según su función y condiciones de uso.

A continuación, repasamos los principales tipos de hormigón y los ámbitos en los que suelen emplearse:

1. Hormigón en masa

El más básico, formado únicamente por cemento, agua y áridos, sin refuerzo metálico.
Usos habituales: cimentaciones sencillas, muros de contención de baja carga y pavimentos básicos.

2. Hormigón armado

Contiene acero en su interior (barras o mallas), lo que le aporta resistencia a la tracción además de la compresión.
Usos habituales: pilares, vigas, forjados y estructuras de edificios.

3. Hormigón prefabricado

Se elabora en fábrica bajo estrictos controles de calidad y se transporta a obra para su montaje.
Usos habituales: paneles de fachada, elementos modulares y proyectos donde se busca rapidez de ejecución.

4. Hormigón pretensado

Se fabrica aplicando tensión a los cables de acero antes de verter el hormigón, aumentando su resistencia a la flexión.
Usos habituales: vigas prefabricadas, puentes y grandes infraestructuras.

5. Hormigón polímero o GRC

Uno de nuestros productos más destacados, conocido como Glassfibre Reinforced Concrete, es un hormigón reforzado con fibras de vidrio. Destaca por ser ligero, resistente y con gran libertad estética.
Usos habituales: paneles arquitectónicos, fachadas ventiladas, elementos decorativos y soluciones que requieren ligereza sin perder durabilidad.

6. Hormigón ligero

Emplea áridos especiales que reducen su densidad, facilitando estructuras menos pesadas.
Usos habituales: cerramientos no portantes, cubiertas y zonas que requieren aislamiento térmico.

7. Hormigón autocompactante

De alta fluidez, se coloca fácilmente en encofrados complejos sin necesidad de vibrado.
Usos habituales: estructuras densamente armadas o con geometrías complicadas.

8. Hormigón de alta resistencia

Con resistencias muy superiores a las habituales, permite estructuras más esbeltas y duraderas.
Usos habituales: torres, rascacielos, puentes y proyectos sometidos a grandes cargas.


Conclusión

Cada tipo de hormigón responde a una necesidad distinta en la construcción. Mientras el hormigón en masa se reserva para usos sencillos, materiales más avanzados como el GRC permiten diseños innovadores con excelentes prestaciones técnicas.

Elegir el material correcto es clave para garantizar la calidad, seguridad y durabilidad en cualquier proyecto constructivo.